Todas las bandas y todos los álbumes son los mejores del mundo según sus notas de prensa. Pero esta es la banda buena y esto, te aseguro, es lo mejor del año. Palabrita. Parece que estar lejos de Madrid les ha brindado a estos chavales de Málaga la auténtica experiencia de aquello que Ayuso decía de no sé qué de la libertad. A cañas sí que se han hinchado. Da igual. Este disco no es lo que te imaginabas. Tampoco es noise pop del que anualmente Spotify te dice que te has hartado de oír. Y eso que ‘Sheriff Playa’ lo edita Sonido Muchacho, eh. Posiblemente de un grupo como La Trinidad veías venir otro álbum de pop, cada vez más luminoso, cada vez más recargado y con las baterías sonando como las de Slayer. Rollito indie. Una versión de reggaetón no te esperabas, ahí sí que te dan la razón y cumplen con tus expectativas.
Si buscas ‘Sheriff Playa’ en Google te aparece un chiringuito de El Palo, Málaga (Calle Playa del Chanquete, 67, 29017, teléfono de reserva 952 20 77 63). Allí empezó este disco, contra las olas y contra las rocas. La Trinidad no tuvieron otra idea que coger a Carlangas y montarse juntos en un hidropedal. Carlangas, por cierto, es el productor, quinto (o primer) miembro y amigo de la banda desde el colegio. Aunque se lleven unos pocos años y él sea de Galicia: desde el colegio. Te lo juro. Casi estampan la embarcación contra el espigón, pero no por faltarles raza a la hora de pedalear, es que hacía mucho viento, era la feria y la ciudad estaba agitada. Una aventura como tal, cercana a la muerte, es también un gran punto de partida para un gran disco de rock’n’roll.
Una sola guitarra sin pedales, un bajo por línea, una batería sin platos y como Dios manda (no hay caja de ritmos soviética que valga), un par de teclados y un delay como los de King Tubby. Sonido Nueva York grabado en Motril, que es una costa tropical y además se nota, porque en ‘Sheriff Playa’ también hay sitio para el dub. El aire es otro instrumento más en este trabajo. Minimalismo pero no el de las casas esas de nuevo rico. La Trinidad tienen bastante poco que ver con eso de hecho. Si aspiraran a una choza así, no habrían hecho este disco, o se llamarían Cerrado de Calderón. Un álbum rápido, 10 canciones en 26 minutos, pero que toma distancia de la rapidez de la maquinaria discográfica, por no decir que le mide el lomo. Y sin un solo featuring.
Aunque no te lo creas, lejos de que parezca una puretada, ‘Sheriff Playa’ es un disco de 2023, ni un año menos ni un año más. No van a contarte la milonga de que es un disco que viene del 2050 a alumbrarte. Suficiente da que hablar el panorama como para irse más lejos. Un mar Mediterráneo y un mar Negro en vertical custodian los nuevos dominios de La Trinidad. No hay norte, no hay sur. El mapa, rodeado por estrellas europeístas, comunistas y de sheriff, al principio no lo reconoces, pero si fijas la mirada en el espacio negativo, lo tienes. Un poco como el proceso creativo de este segundo largo, que estaba más cerca de lo que estos muchachos pensaban. Tras un bloqueo creativo y espiritual, aquel baño capitaneado por el líder de Novedades Carminha les refrescó el cuerpo y el alma, como una lata fría de Victoria que al hacer ‘tsss’ abre una nueva puerta dentro de la camada de grupos de 2017. Que ya era hora. Bienvenidx a ‘Sheriff Playa’.